lunes, 6 de abril de 2009

LEYENDA OSCURA

Una ventana ojival, estrecha y alta, apenas permite la entrada de la luz del día. Nos hallamos en una amplia sala abovedada del viejo Louvre de Felipe Augusto, que el humo de las antorchas murales oscurece todavía un poco más.

Tras una mesa de tosca madera, unos hombres, vestidos con pesados ropajes, con los rostros tensos y crispados por el odio, los inquisidores, escuchan la voz baja y triste que se eleva desde un bulto de ropas mugrientas y manchadas de sangre, desplomado delante de ellos. Detrás, unos carceleros revestidos de cuero y mallas, con rostro impasible, curtido por las campañas.

El hombre que habla es un templario. Se llama Godofredo de Charnay, y fue comendador de Normandía. Hoy, después de haber sido torturado duramente durante varios días por los verdugos de la Inquisición, cuenta las circunstancias de su admisión en la Orden del Temple, y toda su juventud, apasionada por las hazañas guerreras a caballo y por las travesías marítimas bajo el espléndido sol mediterráneo, acude ahora a su memoria…

Sin duda, y a pesar del atroz sufrimiento que le causan sus piernas, que los verdugos han ido untando lentamente, durante horas, con aceite hirviendo, ha negado tenazmente su homosexualidad, una de las primeras acusaciones que se le hacían. Sin duda ha afirmado que ignoraba todo cuanto se le decía sobre la supuesta adoración ritual de un gato negro, o sobre una misteriosa “cabeza” en un relicario de plata. Pero en cuanto a renegar a la divinidad de Jesús, ha confesado, es más, incluso a proporcionado detalles: “Después de haberme recibido e impuesto el manto, me trajeron una cruz en la que había una imagen de Jesucristo. El hermano Amaury me dijo que no creyera en aquel cuya imagen estaba representada allí, ya que era un falso profeta, no era Dios…”

CARGOS PRINCIPALES CONTRA LOS TEMPLARIOS

Durante los interrogatorios que llevo a cabo la Inquisición, el Papa envió un cuestionario de preguntas que se les debía hacer confesar a los reos, estas versaban sobre las supuestas aberraciones y practicas heréticas que se cometían dentro de la orden y que habían sido objeto de rumores tiempo atrás posiblemente iniciadas por Federico Barbarroja, por la neutralidad que blandió el Temple en el enfrentamiento que mantuvo este emperador con el papado y retomadas y enriquecidas por Felipe el Hermoso y sus secuaces. También sin duda fomentada por la ambición de la orden de los dominicos y su brazo ejecutor, la Inquisición. Hay que dejar en claro que la mayoría de las acusaciones fueron reiteradamente negadas por la Orden, salvo por aquellos que querían escapar al cadalso. Las acusaciones fueron:

- Los novicios para iniciarse en Templarios debían pasar por un ritual donde blasfemaba contra Dios, Cristo, la virgen y los santos.
- Escupían u orinaban sobre la cruz y la pisaban renegando de Cristo.
- Se les había enseñado que Cristo era un falso profeta y que su muerte no había sido consecuencia de nuestros pecados sino de sus propios crímenes.
- Celebrar misas y reuniones en horario de brujas y a puerta cerrada y que en ellas no se celebra la consagración.
- Tener relaciones entre si y en la ceremonia de iniciación hacer que el novicio diera un beso en los genitales y ano del maestre.

EL BAPHOMET

Sin duda alguna acusación junto con la negación de Cristo más dañina para la orden fue esta de adorar al becerro de oro. Pero, ¿qué era el tan tocado baphometo o baphomet? ¿Una estatua de un diablillo? ¿el andrógino universal símbolo del acceso al conocimiento esotérico a través de una transmutación del ser humano? ¿una calavera? ¿una ceremonia iniciática? ¿el gato negro de la diosa Isis representación del conocimiento mágico egipcio? (los templarios participaron en tres campañas contra Egipto), o el macho cabrío pagano y después por asimilación satánico. El caso es que aún no se sabe, pero divaguemos. En los procesos contra la orden se adujo que el ídolo, podía charlar con los hermanos y enseñarles el futuro y las acciones más convenientes a llevar a cabo. Como en “Blancanieves” el objeto inanimado cobraba vida. Pues igual que se piensa hoy en día que los cuentos infantiles enmascaran ancestrales conocimientos esotéricos, lo del baphomet pueden ser “campanas” que los no iniciados oían y que después repitieron ante las autoridades sin saber a que se estaban refiriendo realmente. Antes de todo es de justicia reseñar que al igual que ocurrió con el tesoro, el tal baphomet no se encontró nunca, tan solo un relicario (similar al de las fotos) que contenía una calavera con un número y que no se sabía si pertenecía a Santo o a que. Pero algo probablemente de verdad si que había. Para mi el baphomet se debe circunscribir a alguna ceremonia a través de la cual se intenta alcanzar (o donde se dejaba constancia) la iluminación y conocimiento y a la que sólo los altos grados de la orden accedían. Un análisis de la palabra parece reforzar esa hipótesis, de ceremonia de iluminación o conocimiento. La que considera el significado de la palabra como bautismo de fuego Baphe (inmersión, bautismo) y Metheos (purificación espiritual por el fuego, iniciación).

Otros son de la opinión que el baphomet nunca existió y que tan solo fueron relicarios que protegían algunos huesos considerados de santos y que tan comunes eran en la edad media. Se defiende esta idea al vislumbrar la acción dubitativa del Papa Clemente que de haber tenido pruebas de adoración a un ídolo los hubiera despachado con más autoridad, también se alegan las torturas como fuente de origen del reconocimiento a tales calumnias. El hombre como el ave fénix mitológico debe destruirse a si mismo para renacer de sus cenizas, más fuerte, más sabio, más trascendente. Es decir, debe convertirse en más que humano, en un iluminado.

CAPUT XVIII

Era la inscripción que representaba el único objeto que podía parecerse (aunque de lejos) a un baphomet. Se trataba de una cabeza de plata representando a una hermosa mujer que contenía al parecer los huesos de una joven y que tal vez representase a las 11000 mujeres asesinadas con Colonia por los Hunos.
¿Qué hay de ciertas en estas duras acusaciones?, bueno hay teorías para todo, las hay con influencias orientales, las cuales hablan sobre los chakras (en referencia a los besos en diferentes partes del cuerpo), otras versan sobre conocimientos iniciáticos y simbología de lo más diverso. Lo que si es cierto es que la mayoría de las acusaciones aparecen infundadas, ya que algunos de estos delitos estaban específicamente señalados como pecados abominables en la regla de la Orden. Los estatutos establecen que “aquel de nuestros hermanos que cometa pecado de sodomía perderá el hábito de nuestra orden; con grillos en los pies, cadena al cuello y esposas en las manos será arrojado a prisión perpetua, para que se alimente allí de pan de la aflicción y beba el agua de la tribulación por el resto de su vida”.

Es cierto que Jacques de Molay y otro dignatarios de la Orden aceptaron dichas acusaciones en un primer momento, pero se cree que fue por razones más profundas, tales como pactos secretos con el rey o el Papa para salvar la vida.

En definitiva y como conclusión se podría decir que las acusaciones y leyendas sobre las blasfemias, cultos satánicos y demás historias son solo una vil excusa para que un ambicioso monarca en complicidad con un antipapa simoniaco destruyeran a la única institución que podía representar un peligro para la corona y el Papado. Ellos utilizaron, abusaron y jugaron con todas las acusaciones existentes en su tiempo para desprestigiar a la Orden, usaron la superstición y la ignorancia para transformar sus símbolos en algo malo, solo porque ellos no podían comprender su profundo significado.

Así, se acabo con un grupo de personas que se dice estaban adelantadas a su tiempo, eso no lo sabemos pero si se puede decir que traspasaron los limites de los prejuicios y abrieron sus mentes al conocimiento por medio de la tolerancia y el estudio de otras realidades.

N: N: D: E: T: P

Fuentes:
- Cuscatlán
- Las Noches de Thule
- Gran tesis 14
- La vida Cotidiana de los templarios

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