martes, 3 de marzo de 2009

EL EMPIRISMO DE DAVID HUME


Es un movimiento filosófico que continúa de cierta manera en las universidades inglesas con hombres de la talla de Locke y Berkeley. Dicho movimiento es enemigo de los argumentos y defensor del conocimiento sensible inmediato de la naturaleza.

El empirismo tiene como base el mismo punto de arranque del racionalismo, o sea, el testimonio de la conciencia como criterio de la verdad, pero aplicado a su manera el principio cartesiano de no aceptar como verdadero sino aquello que aparece con carácter de evidencia a una mente lúcida y vigilante.

Pues bien, el conocimiento empírico se limita a describir y testimoniar lo que en un instante dado perciben nuestros sentidos, sin interpretarlos o completarlos con aportes de su propia subjetividad. Entonces hay que separar lo que se nos da de aquellos que uno se imagina. La pureza de las sensaciones se dan: colores, formas, movimientos, ruidos, etc. los que serían datos elementales del conocimiento, pues todo lo derivado de ello (elemento y combinaciones que resultan de los objetos) es solo un error, un engaño.

David Hume sume el principio del empirismo, sin embargo agrega algo nuevo: a los hechos que percibimos (dolor, miedo, frío, calor, etc.) y que son objetos del conocimiento no podemos suponer que los hechos que vivimos en el mundo y que son objeto de nuestra percepción deban tener sus causas respectivas. Lo que nosotros hemos aprendido es que ciertos fenómenos se dan de manera regular y que por medio de la costumbre nos hemos adecuado a predecir lo que percibimos actualmente.

Hume señala que no hay ninguna razón necesaria para que una vez producido el hecho “A” se produzca el hecho “B” o “C” y no “D”. la única razón es que así ha ocurrido hasta ahora y creemos ciegamente en ello producto de la costumbre.

En resumen, jamás percibimos la causa que enlaza necesariamente a otra produciendo tal o cual efecto. Estrictamente hablando solo percibimos la sensación “A” y luego una sensación “B”. Sin embargo, si este nexo causal no los une (a los objetos) ¿entonces que? Nada interior a ellos, los une solo la costumbre que tengo yo que los suelo percibir uno después del otro, de asociarlos en mi mente.

En el uso común del concepto de causa nos limitamos a establecer entre los fenómenos que percibimos, una conexión que no percibimos, por lo que todo aquello que no se ajuste a esto es absolutamente ilegítimo.

Con Hume el empirismo llegó a establecer los siguientes puntos (los que serán importantísimos en el desarrollo de la filosofía de Kant):

1. Todo conocimiento real tiene como única fuente los sentidos.
2. Los sentidos nos dicen como ocurre tal cosa, pero no nos garantizan que debe ocurrir así.
3. La idea de una conexión necesaria entre los fenómenos “A” y “B” no tiene su origen en los sentidos, sino que es producto del hábito.
4. La teología y la metafísica, al aplicar los principios subjetivos más allá de toda experiencia, no constituyen saber alguno sino que son meras ilusiones.
N:N:D:E:T:E

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