lunes, 24 de agosto de 2009

3ª Semana Fantástica en Valparaíso


Invitación desde Puerto de Escape

¡La Fantasía y la Ciencia Ficción chilenas anclan en Valparaíso!

3ª SEMANA FANTÁSTICA: 1º AL 4 DE SEPTIEMBRE - ENTRADA GRATUITA

Vengan a compartir visiones aceleradas, personajes extrañísimos, música de otro mundo...

La muestra más importante de artistas y obras dedicados al cultivo del arte fantástico en nuestra región.

La 3ª Semana Fantástica es organizada por Editorial Puerto de Escape, Sala Insomnia, y las Carreras de Cine y Gestión en Turismo y Cultura de la Universidad de Valparaíso, durante los días martes 1º al viernes 4 de Septiembre, en las Salas Rubén Darío y Musicámara de la Dirección de Extensión de la Universidad de Valparaíso (Errázuriz 1108).

En esta ocasión, la semana está dedicada a la memoria de Sergio Meier Frei (1965 - 2009) el escritor más completo de CF hecha en Chile. Su rigor, cultura y devoción por el género fantástico serán una inspiración para los nuevos/futuros viajeros de la fantasía y la imaginación...

Martes 1º: Letras de Homenaje para el gran Sergio Meier (Sala Rubén Darío)
-Lectura del Taller de Literatura Fantástica y Ciencia Ficción de Balmaceda Arte Joven Valparaíso.
-Reedición de "La Segunda Enciclopedia de Tlön" (Puerto de Escape, 2009)

Miércoles 2: Animación sin suspensión (Sala Rubén Darío)
-Presentación de destacadas obras de animación local y del mundo.
Conversación con los directores: Carlos Céspedes, Cristóbal Sepúlveda y otros.

Jueves 3: Cine de otro mundo (Sala Rubén Darío)
-Estreno de Cortos locales de Cine Fantástico y CF.
Conversación los directores: Manuel Aguirre, Arturo Quezada, Jaime Pezoa, Ariel Valdivia y otros.

Viernes 4: Música Retrofuturista (Sala Musicámara)
-Música electrónica, desde la novela ucrónica "Synco" (2008) con: Basstk - Gozne - Baraditv
-Presentación: "Los Viajes de Tarnak" del multitecladista: César Guzmán.

¡Cada noche habrá sorteo de libros, sorpresas y visitas de otro mundo…!

martes, 11 de agosto de 2009

EL OCASO DE LOS ÍDOLOS: CRÍTICA A LA IDEALIZACIÓN HISTÓRICA


Hace un poco más de un siglo Nietzsche derriba las estatuas perennes de la conciencia social, las que representaban a aquellos ídolos que desde la infancia se habían convertido en los fantasmas de una historia respetable pero nunca divinizable. Se propuso, en un esfuerzo más pasional que enteramente racional, liberar, partiendo por la suya, las mentes de los discursos de quienes pretendían entronizar a los ídolos de un pasado a veces tan espúreo como el presente, a los ídolos sumergidos en problemáticas y vicios tan domésticos como los de cualquier hijo de vecino.

En esa pretensión esbozada en su obra “El Ocaso de los Ídolos”, una de las primeras de su tan genial y a veces tan contradictoria literatura, el filósofo alemán nos insta a abandonar, desde una perspectiva amplísima, el camino discursivo tanto de los propios héroes de la historia como de los escritores serviles que vierten su existencia en páginas llenas de adoración y culto por personajes casi novelescos, por seres que en su intimidad pertenecían al patriotismo del vulgo y que, ya sea por méritos propios o por culpa del acaso, se encontraron en el tiempo y el lugar precisos para hacer historia y transformarse en los actores ideales de aquellos buenos dramaturgos que confundimos regularmente con historiadores. Y es que muchos de ellos, convertidos en interpretadores oficiales al servicio de un régimen de turno o de una confesión determinada, han levantado por sobre las verdaderas causas de los fenómenos, por sobre los grandes procesos y actores anónimos, a figuras particulares, a héroes respecto de los cuales, supuestamente, debemos sentir agradecimiento por lo magnánimo de su hacer en un momento determinado.

Aclaro que no se trata de desvirtuar a priori el aporte de muchos de esos personajes. Me limito a denunciar el arbitrario uso que de sus nombres se hace para construir imágenes colectivas de una historia gloriosa, comparativamente superior a otras, y el velado interés por crear ejemplos de conducta, visiones patrióticas unívocas y tradicionales, en fin, para hacer de la historia una gran novela sólo susceptible de ser aprehendida por los súbditos, sin posibilidad de cuestionamientos.

En este sentido, la visión crítica de la historia ha sido un mal celosamente combatido por quienes vieron y ven en ella un factor de cohesión social más que efectivo, pues el ensalzamiento de héroes con características y orígenes casi divinos ha sido un recurso al cual han echado mano aquellos historiadores insulsos que se han aprovechado de la tierna infancia para comenzar desde ahí su adoctrinamiento. Así, un Francisco Frías Valenzuela, un Gonzalo Vial, un Sergio Villalobos, un Gonzalo Rojas y muchos otros historiadores oficiales, de historias oficiales, de discursos oficiales y hasta de mentes oficiales nos han mostrado a un Prat, a un O`Higgins y a un Portales como imprescindibles y patrióticas figuras históricas, a quienes no tenemos más que rendir culto y respeto. En ellos está la patria y eso es sagrado.

Lo cierto es que muchos de esos próceres son hijos de circunstancias ajenas a su voluntad; muchos de ellos actuaron para proteger sus intereses y granjerías; muchos, en fin, llegaron a cosechar los frutos sembrados por otros. Los historiadores oficiales nos enseñan sus vida desde su niñez; nos muestran una existencia sin mácula alguna, una verdadera luz para nuestras vidas. Por otra parte, la potestad se encarga de dedicarles feriados y actos conmemorativos. Así, con buenos novelistas, con un poder fuerte y con mentes acríticas se construye la tradición y la patria. El resto pareciere no importar: los grandes procesos sociales, las matanzas decretadas desde los escritorios de la autoridad, los grandes movimientos artísticos o las grandes estructuras de poder. Claro, introducir eso en las mentes de los infantes educandos es factor de inestabilidades no deseadas y de visiones críticas que emanadas del bajo pueblo pueden ser lo bastante peligrosas como para socavar la tradición. Es preferible, por lo tanto, la poco realista idealización de la historia y de sus personajes.

De esta manera, vemos cómo la historia ha sido un efectivo instrumento de control social. Vemos también que para ello la elite se ha servido del Estado y de académicos dispuestos a construir ídolos paradigmáticos. También vemos esto a nivel micro, en cultos, sectores políticos e instituciones; todos dispuestos a generar sus propias figuras inmaculadas para conseguir la cohesión de sus miembros. En lo que a mí respecta, esto es mera idealización histórica, mera retórica. Para mí los ídolos de la historia han llegado a su ocaso para no volver jamás.

F:S:D